Cómo gestionar rabietas y berrinches infantiles de forma empática y efectiva
- neretvapsicologa
- hace 2 días
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Cómo gestionar rabietas y berrinches infantiles de forma empática y efectiva
1. Introducción
Como psicóloga general sanitaria, he visto cómo las rabietas y los berrinches pueden poner a prueba la paciencia de cualquier padre.
En este artículo te daré información contrastada y estrategias prácticas sobre cómo gestionar rabietas y berrinches infantiles de forma empática y efectiva para entender qué ocurre y así poder prevenirlas y saber cómo actuar en cada fase.
Mi objetivo es darte herramientas sencillas y basadas en datos reales.
2. ¿Por qué ocurren las rabietas y los berrinches?
Las rabietas y los berrinches son manifestaciones de frustración y desbordamiento emocional, típicas en los primeros años de vida. No se trata de un “mal comportamiento” intencionado, sino de procesos naturales en el desarrollo.
Madurez neurológica: el córtex prefrontal, responsable de la autorregulación, aún no está completamente desarrollado en niños pequeños.
Comunicación limitada: antes de dominar el lenguaje, expresan sus necesidades y frustraciones a través del llanto, gritos o pataletas.
Necesidad de autonomía: alrededor de los 2–3 años, el niño o niña inicia su deseo de independencia, y al no conseguirlo en todo por haber unas normas, siente frustración.
En lugar de darte ejemplos aislados, el principal motivo de todos ellos se dan lugar :
Cuando las peticiones (internas o externas) superan la capacidad del niño o niña para gestionarlas.
Comprender este desequilibrio te permitirá abordarlas con empatía y efectividad.
3. Desarrollo evolutivo y etapas de riesgo
Las rabietas y los berrinches no aparecen de golpe: siguen un recorrido evolutivo.
1–2 años (fase de las pataletas)
Qué esperar: llanto intenso, gritos.
Motivo: frustración por la incapacidad de comunicación y escasa tolerancia a la frustración.
2–3 años (fase del “no quiero” y “yo solo”)
Qué esperar: oposición y desafío de límites.
Motivo: búsqueda de autonomía y prueba de límites parentales.
3–5 años (fase inicial del control emocional)
Qué esperar: Hacen rabietas más elaboradas y tienen una sensación de culpa después.
Motivo: mejora del lenguaje, pero aún con escasa autorregulación; empiezan a comprender reglas sociales.
5 años en adelante (fase de socialización)
Qué esperar: reducen rabietas, aparecen berrinches más cortos y conscientes.
Motivo: maduración cerebral, interiorización de normas y empatía hacia otros.
Introducción a las etapas de riesgo: Cada edad trae sus retos emocionales. Saber qué es “normal” en cada fase te dará tranquilidad: no luchas contra el niño, acompañas su crecimiento.
4. Diferencias entre rabietas y berrinches
Antes de ver la tabla comparativa, es útil entender que aunque a menudo se usan como sinónimos, tienen matices distintos:
Rabieta: suele ser explosiva, de corta duración, y termina cuando el niño o niña se queda sin energía.
Berrinche: puede prolongarse si recibe atención (positiva o negativa), y a veces se convierte en estrategia para conseguir algo.
Característica | Rabieta | Berrinche |
Duración típica | 1–5 minutos | Puede prolongarse si hay refuerzo |
Energía | Alta y desbordada; termina en agotamiento | Moderada; se mantiene si hay atención |
Objetivo consciente | No suele tener un fin deliberado | A menudo busca un beneficio (jugar, golosinas) |
Autorregulación | El niño o niña queda exhausto y se calma solo | Necesita intervención del adulto |
Conclusión: Mientras las rabietas nacen del desborde emocional sin estrategia, los berrinches tienen un componente más voluntario de conseguir algo. Reconocer la diferencia te ayudará a elegir la táctica adecuada.
5. Estrategias de prevención
Prevenir es tu mejor aliado. Aquí tienes qué puedes hacer antes de que surja la crisis:
Rutinas claras
Mantén horarios estables de comidas, sueño y juego.
La previsibilidad reduce la ansiedad.
Ayudas visuales
Cómo hacerlo: usa un reloj de colores o pictogramas que indiquen tiempo de juego, comida o fin de actividad.
Por qué funciona: el niño o niña “ve” el paso del tiempo y acepta mejor la transición.
Elección controlada
Ofrece dos opciones limitadas (“¿prefieres la camiseta roja o la azul?”).
Refuerza su autonomía sin que pierdas el control.
Prevención de sobreestimulación
Evita ambientes muy ruidosos o con demasiados estímulos.
Observa señales de agotamiento: bostezo, pérdida de interés.
6. Técnicas durante la rabieta o berrinche
No todas las medidas valen para todos, y es clave diferenciar cuál aplicar:
Es importante aclarar el siguiente concepto :
Tiempo fuera breve : Consiste en desplazar al niño o niña del lugar donde tuvo el mal comportamiento, por ejemplo, si lo hizo en el salón, llevarlo a la habitación
Técnica | Rabieta (desborde emocional) | Berrinche (estratégico) |
Tiempo fuera breve | ✖︎ Puede aumentar la frustración | ✔︎ Útil para retirar atención y frenar el refuerzo |
Invitar a calmarse | ✔︎ Hacerlo con voz suave y gesto cercano | ✔︎ Mantener firmeza: “Esperaremos a que bajes el tono” |
No reforzar la conducta | — | ✔︎ Ignorar el berrinche hasta su fin |
Ofrecer ayuda para regularse | ✔︎ “¿Quieres mi mano para respirar juntos?” | — |
Cuándo aplicar cada técnica en una rabieta: en segundos iniciales, cálmate tú primero y ofrécele apoyo para respirar. La rabieta requiere contención emocional
Cuándo aplicar cada técnica en un berrinche: si persiste más de 3 minutos y el niño o niña busca atención, aplica tiempo fuera breve y sin dramatismos. El berrinche, manejo de la atención y límites.
7. Intervención tras la rabieta o el berrinche
Una vez que ha terminado la crisis, es el momento de reconstruir la confianza:
Después de una rabieta
Qué hacer:
Abrázalo y valida su emoción (“Se que te has frustrado mucho”).
Ayúdale a ponerle palabras (“Entiendo que querías terminar de jugar”).
Por qué:
Refuerza la seguridad emocional y promueve la comunicación.
Después de un berrinche
Qué hacer:
Mantén la consecuencia acordada (no ceder al objeto de conflicto).
Reúne al niño o niña y explica la norma de nuevo en palabras sencillas.
Por qué:
Enseña que las reglas tienen coherencia y que la atención no se gana con exigencia.
Ejemplos práctico :
Después de una rabieta en el parque:
Tras calmarlo con respiraciones, le dices :
“¿Recuerdas cómo respiramos cuando nos enfadamos?”.
Después de un berrinche por un juguete:
Tras hacer el tiempo fuera, le explicas :
“Hoy no compramos ese juguete, pero podemos buscar uno juntos mañana”.
8. Integración de las pautas
Para que la gestión de rabietas y berrinches funcione, es esencial un enfoque coherente que combine prevención, actuación y reflexión:
Prevención: con rutinas y apoyos visuales (p. ej. reloj de colores).
Actuación: aplicar distintas técnicas según sea rabieta o berrinche.
Reflexión: dialogar después y reforzar la seguridad emocional o las normas.
Este ciclo garantiza que el niño o niña no solo experimente una contención momentánea, sino que aprenda a reconocer y gestionar sus propias emociones.
Conclusión
Como psicóloga general sanitaria, mi misión es darte herramientas basadas en el desarrollo infantil y la evidencia clínica. Gestionar rabietas y berrinches no solo reduce el estrés familiar, sino que fortalece la capacidad de autorregulación de tu hijo. Aplica estas estrategias con paciencia y constancia; con el tiempo, verás cómo las protestas pierden intensidad y se convierten en oportunidades de aprendizaje emocional.
Acerca de la Autora
Neretva Psicóloga General Sanitaria Colegiada Nº AN12813
Especializada en la intervención en infancia y adolescencia, aplico terapias basadas en la evidencia para crear entornos seguros que promuevan un desarrollo saludable.
Mi formación incluye un Doble Máster en Psicología General Sanitaria e Intervención Infanto Juvenil, así como un Grado en Psicología por la Universidad de Sevilla.
Además, he complementado mi perfil profesional con cursos en psicooncología, terapia de pareja, intervención en trastornos psicóticos y estrategias para la prevención e intervención en conductas suicidas, entre otros.
Contacto:
Correo: neretvapsicologa@gmail.com
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